El problema está en pensar que lo peor puede pasar. Eso te paraliza.
Nuestra cabeza trabaja de esa manera. Nos hacemos películas de que nos van a botar del trabajo, de que vamos a perder el negocio, de que van a promover a otro, de que el bono no va a ser nuestro, mi jefe no me quiere, mi competencia es mejor.
En esta época de fin de año fuimos con la familia a Mararay en Santander, un lugar donde hay tirolesas, caminos inestables entre árboles y cuando miras para abajo, se vienen pensamientos de, para qué me subí acá.
Más que caerme mi duda era, me subí con la rodilla recién operada, se me estalla el injerto del ligamento acá arriba y quien me baja. Nos imaginamos el desastre. Al menos yo lo hice, al mismo tiempo que veía para abajo más de 15 metros entre donde yo estaba y el suelo.
Nuestros pensamientos tienden a dramatizar, en la vida y en los negocios.
Así que si tú eres de esos, es bien probable que sí, te voy a dar mi paso a paso para controlar este tipo de situaciones:
1. Enfócate en el proceso. Estando allá arriba era más fácil. El manejo de los anclajes, los rieles para deslizarse sobre las cuerdas, donde no poner los dedos para no machucarse y en mi caso siempre que el soporte fuera la rodilla izquierda, la buena.
En los negocios, elige 3, máximo 4 cosas sobre las cuales te tienes que enfocar.
Ej, podría ser la postura, las preguntas que vas a hacer, la entonación en tu comunicación, en la información que quieres conseguir.
Olvídate por un momento del resultado y concientízate en los pasos que debes hacer de manera impecable para conseguir el resultado.
2. Dimensiona el peor escenario. En mi caso era cuando sintiera un esfuerzo que me podía doblar la rodilla, dejarme ir. Iba a quedar colgando del arnés. Lo entendí en la mitad del camino.
Haz lo mismo en cuanto al negocio que tienes al frente, las consecuencias suelen ser mucho menos de lo que creemos.
90% de las cosas que crees van a suceder, jamás suceden y para el 10% restante resulta que el monstruo es mucho menos peligroso de lo que lo habíamos pintado.
3. Respira. En el camino me encontré una prima, estaba en pánico. No es que yo a esa altura estuviera totalmente relajado, pero ella estaba bien asustada.
Cuando la alcancé le enseñé la técnica del 478. Cuentas hasta 4 inhalando, 7 sosteniendo y 8 exhalando. La usaban los Argentinos en el mundial de Qatar a la hora de cobrar penales.
Si sientes nervios de cara a una reunión, te lo recomiendo.
4. Observa. Viendo 2 personas que atravesaban una red en la altura, entendí qué pasarla por la mitad hacía que se moviera bastante, era mucho más difícil. Por la línea de abajo había un cable metálico con mayor rigidez, más que fácil. Solo no había que mirar para abajo.
En una reunión observa las reacciones, cómo están vestidos, cómo se hablan entre ellos, quien toma las decisiones, el nivel de aprobación que tienen.
Si observas con detenimiento llevas una ventaja muy grande sobre el resto, vas a recibir señales que te van a mostrar el camino.
5. Descubre el para que estás ahí donde estás. Montado en los árboles, entendí que estaba allí para ayudar a mi Prima a avanzar. No hice nada diferente a hablarle, darle seguridad y confianza.
¿Para qué estás tú ahí para tus clientes? ¿Qué les estás solucionando?
Enfócate en esto, tú no vas a vender, tú vas a solucionarles algo. Mantén allí tu mentalidad.
Lo primero que debes hacer cuando vas a una reunión de negocios es creer. Creer firmemente que tu producto o servicio, le soluciona los problemas que tu cliente potencial tiene.
La confianza se huele en el aire.
Un abrazo apretado.
Miguel Rozo