Hoy algo bien diferente

Hoy algo bien diferente

No sé si es por la poca o mucha fe que me tenía él, que Marco Ramírez me dijo un día:

El hecho de que tú hayas escrito un libro, me animó a mí a escribir.

Fue como, si Miguel puede, yo puedo. La sensación de movilizar, me encantó.

Y hoy, buscando a hacer algo diferente, voy a publicar lo que él escribió. Un pequeño homenaje.

De aquí en adelante, te dejo con su escrito.

LOS SUEÑOS DE UN ABUELO

INTRODUCCIÓN

“Se envejece cuando lo nuevo asusta, cuando se piensa mucho en uno mismo, no se piensa en los demás y se olvida de luchar.”

Muchos me dicen que no existe una edad para envejecer, ya que esto va de la mano de la actitud que se tenga de la vida; pero existen campanas de alerta que nos están avisando. Nuestros achaques propios del aumento de los años.

¿Quién después de los 50 o 55 años no se le ha olvidado el nombre de algún compañero con quien laboro, o de algún político famoso, pero igual recuerda el número telefónico y dirección de la casa en que vivió hace años?

Envejecer no es fácil, pero aceptarlo es aún más difícil. ¿Por qué?, una cosa piensa el burro y otra quien lo enjalma.

¿Cómo nos vemos nosotros y como nos ven quienes están al lado nuestro a pesar de que coordinamos nuestras ideas?

A pesar de esto adoramos la conversación, estamos ávidos de escuchar y aprender todo aquello novedoso, a pesar de que “se nos acaba el tiempo.

Los amigos y compañeros nos ven caminando lento con inseguridad, arrugas, canas y ni que hablar del sexo que ahora no se nombra, porque es historia de otra época.

Pero todo esto debe ser visto como experiencia, alegrías y dificultades sorteadas que nos dio la vida para llegar a tener una vejez plácida y en paz, con la sonrisa en los labios que nos da la dicha del deber cumplido.

Lo que sí se debe tener presente es el momento de dejar el trabajo, ya que, aunque a nadie le gusta usar el buen retiro, se debe programar para que el golpe después de trabajar durante muchísimos años se pueda manejar fácilmente.

Además de evitar un posible percance en sus labores, accidente de tránsito y porque no decirlo, el mal genio con nuestros subalternos que no tienen la culpa de que hayamos envejecido. Debemos tener presente que nadie es indispensable en esta vida, que no somos eternos y tarde o temprano seremos remplazados.

Por lo anterior y muchas otras alertas, debemos prepararnos y preparar a las personas a nuestro alrededor, para cuando llegue el momento. Nos tengan paciencia, sean amables, y comprensivos con el abuelo que tuvo la alegría de amanecer el día de hoy con la esperanza de que el mañana sea igual o mejor.

LOS HIJOS

Son la prolongación de la existencia. Siempre estaremos agradecidos los que tuvimos la alegría de disfrutar cada una de sus etapas sin esperar nunca nada más, después de haber dado amor y una educación adecuada para ellos, según nuestro criterio.

Los padres siempre soñaremos que el amor perdure, que sigamos siendo vistos como los seres poderosos que todo lo podían, lo cual redunda en la felicidad de ser ejemplo para ellos sin importar la edad.

Envejecer no es preocupante, ser visto como viejo, si lo es.

Es por esto que los padres no quisiéramos ser ignorados, ser partícipes de las conversaciones y que se tenga en cuenta que en ocasiones la experiencia puede tener la razón. En la juventud se aprende, en la vejez se comprende.

LOS NIETOS

Yo me atrevería a pensar que es el amor elevado a la ”n” potencia. Ya ser abuelo es ser: padre, educador, ejemplo, narrador de historias y cuentos y a la vez “maleducar” (en el mejor de los sentidos) en contra de las restricciones de los padres.

Todos sabemos y así los saben los nietos” que en casa de los abuelos todo es posible”.

Siempre existirá la sonrisa por el abrazo desinteresado, la mano oportuna que nos llena de felicidad cuando percibimos, que esa ayuda y amor la estamos recibiendo de una personita de pocos años.

No hay abuelo que no sienta placer al contar anécdotas llenas de moralejas y enseñanzas.

Seguir de cerca con orgullo sus logros académicos y deportivos, siendo testigo de su progreso y crecimiento diario.

Los abuelos somos generosos por naturaleza y los nietos prodigan amor desinteresado.

SALUD Y MEMORIA

Qué tópico tan espinoso de tratar.

Podría ser interpretado como una “quejadera” cuando lo que se busca es una comprensión de que la vejez viene acompañada de enfermedades propias de ella misma y que debe ser manejada con tacto para no crear un caos.

Se me ocurren ahora situaciones tales como la sordera, alteraciones del genio, dificultad para lectura, dolor de espalda, dificultad para levantarse (atrofia del músculo cuádriceps), no poder estar a la altura de los juegos de los nietos como lo hacía antes, inflamaciones de los pies, alguna várice y así sería una lista interminable.

Sumando, por último, la falta de memoria que nos acarrea dificultades, principalmente con las abuelas, que siempre dicen “yo le conté o yo se lo dije “.

La pérdida de la memoria anterógrada es la perdida de los recuerdos recientes y es un síntoma de envejecimiento cerebral que se puede retardar con ejercicios como sudoko, crucigramas, o lectura, esperando nunca llegar a la temida enfermedad de Alzheimer.

Según los antepasados de uno de mis yernos, su verdadero nombre es “Massimo deterioro”, que es más desgastante para los familiares que para el enfermo, ya que están viviendo como retrocede en el tiempo día a día hasta no reconocer a sus seres queridos.

Es aquí que en el caso de una hospitalización sea tan importante que no se sienta la soledad del tétrico hospital sino el amor de quienes los quisieron por muchos años, y exista una persona que esté al tanto de él o ella y tenga conocimiento del avance o mejoría de la enfermedad para que el enfermo sienta, así sea en su subconsciente, que no está solo.

Es aquí donde el amor familiar y la comprensión de la enfermedad, sumado a los consejos del médico, serían beneficiosos para todos.

EL DESEO DE SER ÚTIL

No conozco el primer abuelo que no se sienta feliz cuando le piden una tarea, labor o consejo que pudiera realizar. Ser parte de la solución de un problema nos emociona llenándonos de satisfacción diciendo por dentro, gracias!!

Cuando éramos jóvenes nos molestaba el exceso de trabajo, pero con los años se nos convirtió en alegría.

EL TESTAMENTO

Este último punto sería más un consejo para abuelos y padres. Si tienen alguna herencia que repartir, háganlo en vida con reserva al usufructo y no dejen problemas familiares que podrían acabar con el amor de tantos años.

Hasta acá él.

Marco Alfonso Ramírez Nieto. 1946 – 2024

Un abrazo apretado,

Miguel Rozo

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